En Cataluña se paga el agua a precio de oro. Se establecen campañas de concienciación para su utilización racional, este mismo año ha subido el precio una barbaridad, sólo se pueden regar los campos de golf con agua depurada, se están construyendo desaldoradoras en la costa, a los agriculotres del Ampurdán (comarca de Gerona) que tienen toda su agricultura basada en el regadío desde tiempos inmemoriables les han prohibido regar durante el mes de agosto, . El Delta del Ebro cada vez es más salino por la falta de aportación de agua dulce, la nula aportación de materiales y la entrada continua del agua del mar. Con ello van a desaparecer especies propias del río, las tierras se están salinizando, ...etc.
En mi opinión, Valencia y la costa del Sol tendrían mucha más agua si no se hubiesen convertido en estos últimos años en una franja contínua de urbanizaciones y de campos de golf. Con esto se ha demostrado que no sólo ha destrozado el paisaje si no que ha producido una serie de desequilibrios territoriales, no sólo en la misma región, si no también en las colindantes.
La verdad es que tenemos la firme convicción de que en el norte pagamos con creces los beneficios de unos pocos desprensivos especuladores cercanos al anterior gobierno y han montado una campaña de distracción mediática sin ningún escrúpulo: los catalanes y los aragoneses, según ellos, siguen siendo los malos, los rácanos, los insolidarios. Mientrastanto unos pocos van construyendo urbanizaciones y campos de golf contando con un agua que no tienen o que tienen que "afanar" de sus vecinos agricultores a los que les venden la película de que su falta de agua es culpa de los insolidarios del norte, como siempre.
Ya basta de politiqueos baratos y demagogia absurda. Los buenos políticos (qué pocos quedan) tienen la misión de encontrar soluciones a los problemas de las personas. Nunca producir enfrentamientos entre estas mismas personas o entre las diferentes regiones o nacionalidades (cómo les quieran llamar). El beneficio electoral que produce el enfrentamiento siempre tiene un vuelo muy corto. Y si no que se lo pregunten al PP.
La solución existe. Sólo falta con tener imaginación y si no, en copiar lo que han hecho otros. El modelo que está en la mente del nuevo gibierno (racionalización, desalinización, ...) transformó un desierto como Israel en una potencia económica. En Valencia y en el sur mediterráneo español salimos de una base mucho más potente que el Israel post segunda guerra mundial. El futuro es nuestro. Sólo hace falta que unos pocos políticos desaprensivos preocupados sólo de sus propios beneficios aparquen de una vez la demagogía del agua. Por peligrosa y por injusta.
En mi opinión, Valencia y la costa del Sol tendrían mucha más agua si no se hubiesen convertido en estos últimos años en una franja contínua de urbanizaciones y de campos de golf. Con esto se ha demostrado que no sólo ha destrozado el paisaje si no que ha producido una serie de desequilibrios territoriales, no sólo en la misma región, si no también en las colindantes.
La verdad es que tenemos la firme convicción de que en el norte pagamos con creces los beneficios de unos pocos desprensivos especuladores cercanos al anterior gobierno y han montado una campaña de distracción mediática sin ningún escrúpulo: los catalanes y los aragoneses, según ellos, siguen siendo los malos, los rácanos, los insolidarios. Mientrastanto unos pocos van construyendo urbanizaciones y campos de golf contando con un agua que no tienen o que tienen que "afanar" de sus vecinos agricultores a los que les venden la película de que su falta de agua es culpa de los insolidarios del norte, como siempre.
Ya basta de politiqueos baratos y demagogia absurda. Los buenos políticos (qué pocos quedan) tienen la misión de encontrar soluciones a los problemas de las personas. Nunca producir enfrentamientos entre estas mismas personas o entre las diferentes regiones o nacionalidades (cómo les quieran llamar). El beneficio electoral que produce el enfrentamiento siempre tiene un vuelo muy corto. Y si no que se lo pregunten al PP.
La solución existe. Sólo falta con tener imaginación y si no, en copiar lo que han hecho otros. El modelo que está en la mente del nuevo gibierno (racionalización, desalinización, ...) transformó un desierto como Israel en una potencia económica. En Valencia y en el sur mediterráneo español salimos de una base mucho más potente que el Israel post segunda guerra mundial. El futuro es nuestro. Sólo hace falta que unos pocos políticos desaprensivos preocupados sólo de sus propios beneficios aparquen de una vez la demagogía del agua. Por peligrosa y por injusta.