Lo que ocurre es que esa obra faraónica interesa más por sus réditos electoralistas y especulativos que por su verdadera utilidad... Efectivamente, el Ebro, como cualquier río, pase por donde pase, tiene derecho a conversar una parte importantísima de su caudal, y existen otros métodos, como las desaladoras. También ayudaría que nuestros amigos murcianos y valencianos empezaran a regar absolutamente todo por técnicas de goteo y no por los sistemas que los árabes implantaron. Lo he visto con mis propios ojos. También me parece una caradura espantosa pretender esquilmar el cauce de un río y construir campos de golf y urbanizaciones. Creo que hay gato encerrado... BUENAVENTURA DURRUTI.