Las relaciones de pareja −en términos generales− son complejas y puede ser difícil encontrar el equilibrio necesario para que funcionen adecuadamente. En ocasiones, algunas personas deciden −quizás ingenuamente− abrir la pareja a otras relaciones sexuales con la finalidad de que sean más equilibradas. Sin embargo, esto puede traer consigo una serie de dificultades, especialmente cuando se forman triángulos amorosos o sexuales. Ya que no todos los triángulos son equiláteros y lo que tiene de más un lado es a costa del otro, o de los otros dos.
Un triángulo se forma cuando uno de los dos miembros de la pareja inicia una relación con una tercera persona. El principal obstáculo a la hora de establecer una relación abierta es el de los celos. Sin importar la madurez de las personas, la mayoría experimentarán celos si su pareja −o amante− tiene relaciones sexuales con alguien más. Son muy pocas las personas que nunca han experimentado celos. Puede tratarse de 'seres más evolucionados' que el resto de los mortales o ser personas que no son conscientes de sus sentimientos, o son emocionalmente frías y no aprecian el vínculo de intimidad compartida. Podemos dar por sentado que en cualquier triángulo los celos se presentarán en algún momento y −por lo tanto− hay que saber tratarlos para minimizar su daño.
Un nuevo romance tiene un efecto en muchos aspectos de tu vida, incluida la relación con la que ya cuentas. Kathya Labriola −terapeuta especializada en parejas no tradicionales− comenta: "Me gusta emplear la analogía de la llegada de un nuevo bebé para las relaciones nuevas a la pareja. Mientras que la llegada del bebé puede causar mucho gozo y emoción, se está añadiendo una nueva persona a la familia. Esto crea una dinámica distinta en la relación anterior. Al igual que con el bebé, una nueva relación va a cambiar tus horarios, tu estilo de vida y una gran parte de tu tiempo y tu energía [...]. Es imposible predecir cuánto cambiará tu vida y cuán intensa puede llegar a ser la nueva situación. Como con la llegada de un bebé, la flexibilidad y la voluntad de abrirse a una experiencia completamente nueva son cruciales para adaptarse al triángulo".
Cuando una persona tiene dos parejas y la otra sólo tiene una, se puede producir una dinámica desafortunada de competencia y lucha por el control. Esto puede reducirse si cada una de las partes expresa sus necesidades abiertamente y las tres personas consiguen negociar y llegar a acuerdos que resulten justos para todas. La persona con dos parejas deberá esforzarse sobremanera para evitar luchas de poder y asegurarse de que sus parejas reciban suficiente tiempo, atención, afecto, compromiso, sexo... A menos que las tres personas pongan de su parte −estén pendientes de los sentimientos y las necesidades de los demás−, alguna de ellas se sentirá excluida.
Queda claro que para algunas personas serán insuficientes aún los mejores esfuerzos para aliviar los celos y el dolor que siente a causa del triángulo.
¿Has estado alguna vez en un triángulo sexual o amoroso? ¿Cómo has vivido dicha situación? Si no has tenido esta experiencia, ¿Te imaginas formando parte de un triángulo?
R.V.
Un triángulo se forma cuando uno de los dos miembros de la pareja inicia una relación con una tercera persona. El principal obstáculo a la hora de establecer una relación abierta es el de los celos. Sin importar la madurez de las personas, la mayoría experimentarán celos si su pareja −o amante− tiene relaciones sexuales con alguien más. Son muy pocas las personas que nunca han experimentado celos. Puede tratarse de 'seres más evolucionados' que el resto de los mortales o ser personas que no son conscientes de sus sentimientos, o son emocionalmente frías y no aprecian el vínculo de intimidad compartida. Podemos dar por sentado que en cualquier triángulo los celos se presentarán en algún momento y −por lo tanto− hay que saber tratarlos para minimizar su daño.
Un nuevo romance tiene un efecto en muchos aspectos de tu vida, incluida la relación con la que ya cuentas. Kathya Labriola −terapeuta especializada en parejas no tradicionales− comenta: "Me gusta emplear la analogía de la llegada de un nuevo bebé para las relaciones nuevas a la pareja. Mientras que la llegada del bebé puede causar mucho gozo y emoción, se está añadiendo una nueva persona a la familia. Esto crea una dinámica distinta en la relación anterior. Al igual que con el bebé, una nueva relación va a cambiar tus horarios, tu estilo de vida y una gran parte de tu tiempo y tu energía [...]. Es imposible predecir cuánto cambiará tu vida y cuán intensa puede llegar a ser la nueva situación. Como con la llegada de un bebé, la flexibilidad y la voluntad de abrirse a una experiencia completamente nueva son cruciales para adaptarse al triángulo".
Cuando una persona tiene dos parejas y la otra sólo tiene una, se puede producir una dinámica desafortunada de competencia y lucha por el control. Esto puede reducirse si cada una de las partes expresa sus necesidades abiertamente y las tres personas consiguen negociar y llegar a acuerdos que resulten justos para todas. La persona con dos parejas deberá esforzarse sobremanera para evitar luchas de poder y asegurarse de que sus parejas reciban suficiente tiempo, atención, afecto, compromiso, sexo... A menos que las tres personas pongan de su parte −estén pendientes de los sentimientos y las necesidades de los demás−, alguna de ellas se sentirá excluida.
Queda claro que para algunas personas serán insuficientes aún los mejores esfuerzos para aliviar los celos y el dolor que siente a causa del triángulo.
¿Has estado alguna vez en un triángulo sexual o amoroso? ¿Cómo has vivido dicha situación? Si no has tenido esta experiencia, ¿Te imaginas formando parte de un triángulo?
R.V.