Mente retorcida, rubia y tozuda, aquí no se habla de la profesora, sino simplemente que desde la carretera, a la altura de su casa, ya no se ve la ermita, lo mismo que podría haber puesto desde la casa de Tomás Arevalo, o desde la casa de Manoli Lorite, o desde la casa de Julia la Gallega, o desde la casa de Isa Torres...
No seas berberecha.
No seas berberecha.