Pues yo creo que lo que pasa es que nunca puede llover a gusto de todos, pero amí lo que realmente me ha dejado impresionado son las piedrecitas(almendrilla) con que han rellenado el corralito donde juegan los niños, ¡¡como para caerse y arrastrar la cara por el suelo!!; eso no se le ocurre ni al que asó la manteca.