El Andévalo está dorado,
Pués dorados son sus trigos,
Campiñas de Yerbas verdes,
Que el sol os va secando,
Por abajo canta el rio,
Y remolinos soportando,
Con aire de cielo fresco
Y hojas que van volando,
Flor de aguarzo florido,
Que tambien se fué marchitando,
Como se marchitan mis ojos,
Aunque con lagrimas los voy
Regando, es tanta la distancia,
Que a mi me está matando,
Yo rezo a San Matias,
Pués quiero ver mi santo,
Pués grande es mi pena,
Del día que marché llorando,
¡Oh pena, que conmigo saliste andando!
Conmigo emigraste, y no sabemos
Hasta cuando.
Virgen de Piedras Albas,
Que ya no escucho fandangos,
Tengo pena y siempre sola,
Como pobre mendigando.
Recuerdo los girasoles,
Tambien recuerdo su llanto,
Su cabeza agachada,
Como si verguenza sitieran de algo,
Ese sol que los derrite,
Ese sol los está matando,
Pero ellos moriran allí,
Ahí donde se criaron,
En el Andévalo de mi Huelva.
¡Tierra noble de Fandangos!
Ellos veran las alondras,
Las que yo no veo hace años,
Y el agua se pone fría,
¡Mi virgen se está lavando!
En ese rio llamado Chanza,
Con sus recodos de aire,
Ricamente perfumado,
Por el tomillo y el romero,
Y los aires de fandangos.
El Poeta.
A esa perla andévaleña llamada castillejos.
Pués dorados son sus trigos,
Campiñas de Yerbas verdes,
Que el sol os va secando,
Por abajo canta el rio,
Y remolinos soportando,
Con aire de cielo fresco
Y hojas que van volando,
Flor de aguarzo florido,
Que tambien se fué marchitando,
Como se marchitan mis ojos,
Aunque con lagrimas los voy
Regando, es tanta la distancia,
Que a mi me está matando,
Yo rezo a San Matias,
Pués quiero ver mi santo,
Pués grande es mi pena,
Del día que marché llorando,
¡Oh pena, que conmigo saliste andando!
Conmigo emigraste, y no sabemos
Hasta cuando.
Virgen de Piedras Albas,
Que ya no escucho fandangos,
Tengo pena y siempre sola,
Como pobre mendigando.
Recuerdo los girasoles,
Tambien recuerdo su llanto,
Su cabeza agachada,
Como si verguenza sitieran de algo,
Ese sol que los derrite,
Ese sol los está matando,
Pero ellos moriran allí,
Ahí donde se criaron,
En el Andévalo de mi Huelva.
¡Tierra noble de Fandangos!
Ellos veran las alondras,
Las que yo no veo hace años,
Y el agua se pone fría,
¡Mi virgen se está lavando!
En ese rio llamado Chanza,
Con sus recodos de aire,
Ricamente perfumado,
Por el tomillo y el romero,
Y los aires de fandangos.
El Poeta.
A esa perla andévaleña llamada castillejos.