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VILLANUEVA DE LOS CASTILLEJOS: Gracias Helios por ese abrazo que es reciproco. Voy...

Gracias Helios por ese abrazo que es reciproco. Voy a intentar poner algo por aquí un poco largo, y que le llamo, pués así es:
EPITAFIOS:
A veces encontramos curiosidades dignas de contar, hasta en los cementerios.
Hace ya mucho tiempo, tanto que era estudiante de enseñanza media y por lo tanto, en esa edad que yo diría se padece curiosidad morbosa, dado el deseo que se tiene en la adolescencia de saber y por lo que se pasa uno el día preguntando cosas a los mayores. Aunque en esa época, la incultura era la regla en generaciones anteriores, por no haber tenido la mayor parte de las personas, la ocasión de concurrir a centros de enseñanza adecuados, para recibir siquiera , el conocimiento de las letras y mucho menos de enlazarlas, para formar silabas y componer palabras escritas. Aclaro a los más jovenes que puedan leer esto, que era conformidad de los padres, que sus hijos aprendieran las "las cuatro reglas" y saber leer y escribir. Los que lo conseguían, podrían comunicarse con la novia y los padres cuando estaban en "la mili" por medio de cartas que en alguna ocasión, había que recurrir al boticario del pueblo, para que descifrara las frases que estos sencillos muchachos, habían querido dirigir a las personas queridas.
Viene a cuento lo narrado, porque un día de esa época, en el que había dos cementerios: El reservado a los que habian practicado la religión Católica o al menos no se habian manifestado en su contra y otro llamado civil, para una minoría existente en ese tiempo que era considerada apóstata, bien por estar sin baustizar, por haberse suicidado o por haber vivido maritalmente sin pasar por la vicaría, por vivir en pareja como se dice ahora, era un recinto pequeño al lado del católico y separado por una tapia.
Pués bien un día de esa época, paseaba por los alrededores del cementerio de San Fernando de Sevilla, con un compañero de estudios algo mayor de edad en edad y fallecido recientemente (por una enfermedad que no tiene piedad).Este conocía un un epitafio de un Sr. Desaparecido de este mundo al final de los años 1.800 y que me invitó a conocer, dado que se encontraba abierto el cementerio de los no católicos o apóstata o como querais llamarle, yo no dudé ni por el momento y accedimos al lugar, con mi morbosa curiosidad a flor de piel.
Tantos años han pasado, que yo no recordaba el lugar exacto donde se encontraba el enterramiento, además ya este cementerio, está unido al otro.
Hace unos días leyendo un libro relacionado con el tema, se hacía referencia y mi curiosidad volvío a renacer, encaminandome nuevamente a leer el epitafioque, tanto impacto me causo entoces y no fué facil encontrarlo, pero lo encontré.
DICE ASI: "R.y.P.A.: Aquí descansan los restos de de. Francisco J. Barnés y Tomás.-Dr. En Teología Y Filosofía y Letras. Licenciado en Derecho. Catedrático numerario de esta Universidad literaria. Fue Sacerdote Católico mientras creyó en el Dogma. Practicó los actos de la Religión con dignida y escrupuloso respeto; cuando después de maduro examen y ejercicios continuados de razón, dejó de creer en el orden sobrenatural(que juzgo fantástico), su carácter sincero no le permitió continuar una vida estéril farisaica burlando y explotando la credulidad de las gentes. Prosiguió la naturaleza nuestra común madre, contrajo matrimonio con digna mujer; fue padre de familia cuyos deberes no descuidó ni un instante y en el trato social con toda clase de personas se ofreció como hombre sin fuero no privilegio religioso. No creyó en otros milagros que en la institución y trabajo humano. Fallecio en la Paz de Dios el día 5 de Marzo de 1.892 a los 58 años de edad"
Macabro y desolador me pareció entoces, pero ahora me pregunto: ¿porque llegó este Sr. A cambiar su actutud tan radicalmente? ¿porqué sintió necesidad de perpetuar en imprimir en su lugar de enterramiento, todo lo grabado en su lápida? me gustaría investigar la vida de este hombre, ya que creo no debe ser dificil encontrar datos.
Sin embargo para animaros, os ofrezco un gracioso y simpatico epitafio que se encuentra en un cementerio de un sencillito pueblo de la sierra, y que dice asi: Aquí descansa el cuerpo de Manuela, que subió de la Tierra al Cielo, "SI SABER LO QUE ES CANELA" una vez lo ví, no tuve más remedio que ofrecerle mi más rendido y respetuoso homenaje a esa simpatica mujer, que en Paz descanse.

El Poeta.