Sobre una espiga dorada,
La que la Virgen tiene en su alma,
Come y chilla destemplada la cigarra.
A la sombra de la higuera ronca un pobre
Pordiosero, boca arriba y el petate
Bajo el cuerpo.
De sus rotas vestiduras brota el vello.
Los cabellos en desorden.
A sus pies se enrosca un perro.
El sol quema. La campiña toda es calma.
Sobre una espiga dorada,
Come y chilla destemplada la cigarra.
Y en lo alto de la loma aparece cual fantasma,
La silueta del jinete que conduce la manada de toros,
Su garrocha fina y larga
En hierática postura sobre el hombro atravesada,
Es la cruz de un narazeno caballista.
¡En el aire dibujada!
El Poeta.
La que la Virgen tiene en su alma,
Come y chilla destemplada la cigarra.
A la sombra de la higuera ronca un pobre
Pordiosero, boca arriba y el petate
Bajo el cuerpo.
De sus rotas vestiduras brota el vello.
Los cabellos en desorden.
A sus pies se enrosca un perro.
El sol quema. La campiña toda es calma.
Sobre una espiga dorada,
Come y chilla destemplada la cigarra.
Y en lo alto de la loma aparece cual fantasma,
La silueta del jinete que conduce la manada de toros,
Su garrocha fina y larga
En hierática postura sobre el hombro atravesada,
Es la cruz de un narazeno caballista.
¡En el aire dibujada!
El Poeta.