Una complicada red de alianzas matrimoniales durante los siglos XV y XVI provocará que el señorío de Gibraleón recaiga en la familia de los Zúñigas, convirtiéndose desde el 1530 en Marquesado, permaneciendo Sanlúcar bajo sus designios hasta el primer tercio del siglo XIX. Gibraleón no quiso reconocer a Sanlúcar el privilegio de Villa que ya ostentaba, lo que produjo continuas intervenciones por parte de los Marqueses y Duques de Béjar que le confirmaron dicho derecho. Finalmente, tras un largo pleito...