Las orillas del
río muestran un hermoso verdor. Los cañaverales se ondulan poco a poco al compás del viento, formando una bella policromía, recorriendo todos los tonos de este
color. Rompiendo esta gama de
colores, pero sin perder armonía, el blanco de las edificaciones de Sanlúcar, salpicando de blanco el verdor del cañaveral y del
campo. Inmensamente bello.