Los frailes conocían bien la audacia y pericia de estos navegantes, devotos de
Santa María de
La Rábida, a la que ellos llamaban
Virgen de los Milagros. Colón, gracias a las Capitulaciones de Santa Fe (
Granada), ya contaba con el apoyo económico de los Reyes Católicos para su expedición a Las Indias por Occidente. Cuando el 23 de Mayo de 1492 se leyó a los vecinos de Palos, convocados ante la
Iglesia de
San Jorge, la Real Provisión por la cual se les ordenaba entregar dos Carabelas a Colón y partir con él en el viaje que iba a realizar por mandato de Sus Altezas, la villa acata la decisión real pero no la cumple.