Desde el
Monasterio de
la Rábida, lugar protagonista en la hazaña descubridora, fueron Fray Juan Pérez y Fray Antonio Marchena, frailes franciscanos, quienes pusieron en contacto a Cristóbal Colón y a Martín Alonso Pinzón. En su
Convento de la Rábida, Colón encontró hospitalidad, comprensión y apoyo. Cuando su ánimo desfallecía, los franciscanos intercedieron por él en la Corte y le pusieron en contacto con los marinos palermos.