La época dorada de Palos fue la década de 1470-1479, cuando la disputa sucesoria entre Juana la Beltraneja e Isabel la Católica desembocó en una guerra peninsular entre Castilla y
Portugal. Ello supuso para Palos el respaldo real de sus incursiones a la Guinea y, en definitiva, para disputarle a los portugueses, rivales en la expansión oceánica, sus recién adquiridas colonias.