Los orígenes de
Palos de la Frontera se remontan al Paleolítico Superior y su nombre proviene del vocablo
romano PALUS-PALUDI, que significa
laguna. Diversos han sido los pobladores de Palos de la Frontera: desde los tartesios, pasando por los
romanos, visigodos y musulmanes. Sin embargo, no se puede considerar su fundación como tal hasta el año 1322, cuando Alfonso XI de Castilla le dona a los nobles Don Alfonso
Carro y a Doña Berenguela Gómez dichas tierras, separándolas del reino de
Niebla. En 1379, Juan I volvió a entregarlo a D. Álvar Pérez de Guzmán, verdadero padre y fundador de la villa palerma, que se ocupó de repoblarla con 50
familias y de mejorar su producción agrícola.