Museo muelle de las carabelas (La Pinta), PALOS DE LA FRONTERA

Nos resulta complicado imaginar cómo se vivían aquellas largas travesías, a bordo de naves que ahora nos parecen pequeñísimas y que avanzaban gracias al impulso del viento. Pero, eran barcos fuertes, seguros y manejables; además de la tripulación, en ellos viajaban animales, alimentos y armas, todo muy bien acomodado. Conviene dejarse llevar por la imaginación para que al «embarcarnos» en cada una de las naves, podamos situarnos en cómo podría haber sido la rutina diaria a bordo, más de 60 días con sus noches. En el recorrido vemos cómo estaba organizada la bodega, la cocina, la cubierta… Desde la proa de La Pinta, se avista la Isla del Encuentro. Por supuesto, se trata de una recreación cuya finalidad es que los visitantes puedan reflexionar sobre el glorioso momento en que el marinero Rodrigo de Triana avistó « ¡Tierra!», aquel 12 de octubre de 1492.«A las dos horas después de la media noche pareció la tierra de la cual estarían a dos leguas. Amañaron todas las velas, y quedaron con el treo que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda temporizando hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yañez, su hermano, que era capitán de la Niña«. Así está narrado en Primer viaje de Cristóbal Colón, según su diario de abordo.
(20 de Abril de 2019)