Desde aquí mis felicitaciones para la hermandad de la Soledad por su culminación del septenerio. Enorme en todo: en presentación del altar de culto, en asistencia de hermanos y devotos, en interpretación del coro con su director, Emilio, al frente, en el pregón que de. Justino ha desgranado en sus siete homilias, en la participación el las comuniones. Y hoy y mañana a finalizar el exíto apoteosico con la bajad, besamano y pregon de los soledaeros.