"Pio XII estaba en una encrucijada.No podía tratar con los aliados porque Roma estaba bajo el dominio alemán y la represión de los nazis hubiese sido terrible.Pero tampoco quería tratar con los alemanes porque las bombas aliadas iban a caer como respuesta sobre San Pedro. En esas horas su actitud siguió siendo ambigua aunque esta vez con justos motivos.Sus contadas ayudas a los judíos italianos perseguidos por la Gestapo se hicieron cuidando de no irritar a los alemanes y con el preciso objetivo de salvaguardar su posición ante la historia.La derrota del Eje era casi un hecho y la rendición de cuentas ante los aliados debía contar con algunas “pruebas”.Algunos judíos se beneficiaron con esta ambigua política de Pio XII pero desgraciadamente más de mil judíos romanos fueron deportados por los alemanes sin que se supiera más nada de ellos.".