Nadie ha mezclado al alcalde con los piques.Más bien ha sido él quien intentó meterse en ese terreno el pasado verano ¿recuerdas?Vamos, para que me entiendas, que un alcalde debe saber donde está el límite que separa lo civil de lo religioso y no meterse en camisa de once varas por ganar unos cuantos votos, que al final le pasan factura.