De verdad, mi mente se resiste a admitir que Manolo Rubio, que escribió hace unos pocos días un comentario en este mismo foro, ya no esté entre nosotros.
Esto no hace más que poner de manifiesto, una vez más, la poca cosa que somos.
Encinasola debe mucho a Manolo. No digo que le debía, sino que le debe.
Fue Manolo quien impulso ¡Y de qué manera! la romería de nuestra Patrona, la Virgen de Flores.
Sin su aportación, la romería seguiría siendo aquella antigua reunión de hermanos en la ermita. Eso nunca se le podrá pagar a Manolo Rubio.
Triste es tener que decirle adiós. Aún no hemos acabado de despedir a Paco y ya despedimos a Manolo.
Te digo adiós. Un adiós lleno de tristeza. Desde aquellos años de juventud, en los sesenta, sólo nos vimos en una ocasión. Fue en 2002. ¡Cuantas cosas recordamos en aquel breve encuentro! Mantuvimos, luego, alguna que otra relación escrita, pero todo fue muy fugaz.
Manolo, ya estarás en esa eternidad con tus hermanos. Te estaban esperando, como siempre. Ahora a correr y a jugar al chicuento como tanta veces lo hicisteis y esperad a que vayamos llegando, pues esa es una cita a la que ninguno faltaremos.
Adiós, descansa en paz , y expreso mi dolor a mi gran amiga María Victoria, tu cuñada.
Valonero.
Esto no hace más que poner de manifiesto, una vez más, la poca cosa que somos.
Encinasola debe mucho a Manolo. No digo que le debía, sino que le debe.
Fue Manolo quien impulso ¡Y de qué manera! la romería de nuestra Patrona, la Virgen de Flores.
Sin su aportación, la romería seguiría siendo aquella antigua reunión de hermanos en la ermita. Eso nunca se le podrá pagar a Manolo Rubio.
Triste es tener que decirle adiós. Aún no hemos acabado de despedir a Paco y ya despedimos a Manolo.
Te digo adiós. Un adiós lleno de tristeza. Desde aquellos años de juventud, en los sesenta, sólo nos vimos en una ocasión. Fue en 2002. ¡Cuantas cosas recordamos en aquel breve encuentro! Mantuvimos, luego, alguna que otra relación escrita, pero todo fue muy fugaz.
Manolo, ya estarás en esa eternidad con tus hermanos. Te estaban esperando, como siempre. Ahora a correr y a jugar al chicuento como tanta veces lo hicisteis y esperad a que vayamos llegando, pues esa es una cita a la que ninguno faltaremos.
Adiós, descansa en paz , y expreso mi dolor a mi gran amiga María Victoria, tu cuñada.
Valonero.