Después de un intenso fin de semana carnavalesco, con encierros de San Fermín incluidos, toca ponerse otra vez manos a la obra con nuestra rutina diaria, cada uno con la suya, pero, eso sí, en el horizonte se ve Semana Santa, y pensar en Semana Santa es pensar en Flores. Bien pronto se empieza a juntar la gente para quedar el día que sea para montar las casetas, para ir haciendo las meriendas, (con la frase típica: "Este año tenemos que hacer menos que luego estuve una semana comiendo filetes empanaos y cocretas"), arreglando las cabalgaduras, el tractor, etc, etc. La verdad, tenemos que reconocer que es la mejor fiesta que tenemos, a mi desde luego es la que mas me gusta. Yo pienso que es de las pocas ocasiones que casi todos los marochos nos damos cita en el pueblo, (excluyendo el verano) sin tener vacaciones y muchos pidiendo favores en el trabajo. Sera un fin de semana inolvidable.
Los que afortunadamente vamos asiduamente al pueblo y los que residen alli todo el año no nos damos cuenta de la verdadera magnitud de la Fiesta de Nuestra Señora de Flores; es cuando no podemos ir, cuando nos damos cuenta realmente de lo que significa para todos los marochos. Por eso quiero mandar un saludo a todos los marochos a los que las circustancias de la vida no les permitieron vivir mas cerca de Encinasola, y tienen que pasar la romeria año tras año en su trabajo o en la monotonía del día a día. Vaya desde aquí un saludo para todos ellos.
Los que afortunadamente vamos asiduamente al pueblo y los que residen alli todo el año no nos damos cuenta de la verdadera magnitud de la Fiesta de Nuestra Señora de Flores; es cuando no podemos ir, cuando nos damos cuenta realmente de lo que significa para todos los marochos. Por eso quiero mandar un saludo a todos los marochos a los que las circustancias de la vida no les permitieron vivir mas cerca de Encinasola, y tienen que pasar la romeria año tras año en su trabajo o en la monotonía del día a día. Vaya desde aquí un saludo para todos ellos.