A la sombra de una roca, yo me puse a descansar, junto pasa un rio que camina hacia la mar, y en su agua cristalina ví tu cara reflejada, en la roca yo la tuve que grabar, pues era tan bonita, que no la podia dejar marchar.
Miraba hacia la roca y tu cara estaba grabada, miraba hacia el rio, y allí la veia reflejada, en el rio te marchabas, en la roca te pusistes a esperar, te miré a la cara y estabas enamorada.
Yo no quería que te fueras, contigo empecé a hablar, y entre sombra, roca y rio, me empecé a enamorar.
Los herrerillos cantaban alegres en el encinar, era primavera y empezaban a anidar, el rio seguía su curso a declararse a la mar, la roca nos daba sombra, tu te enamorabas a mi me pasaba igual.
Desaparecistes del rio, y no llegastes hasta la mar, tambien de la roca surgío algún trinar, era un ruiseñor que allí queria anidar, para no molestarle cogidos de la mano nos marchamos a otro lugar; el rio siguió su curso, el ruiseñor en la roca allí empezó a anidar, caminando lentamente por un inmenso encinar, escuchando a los herrerillos con sus alegres trinar.
Y nosotros enamorados nos fuimos pues atardecia ya, era primavera y todo era cantar, flores para La Virgen, y amor hasta la eternidad.
El Poeta.
Miraba hacia la roca y tu cara estaba grabada, miraba hacia el rio, y allí la veia reflejada, en el rio te marchabas, en la roca te pusistes a esperar, te miré a la cara y estabas enamorada.
Yo no quería que te fueras, contigo empecé a hablar, y entre sombra, roca y rio, me empecé a enamorar.
Los herrerillos cantaban alegres en el encinar, era primavera y empezaban a anidar, el rio seguía su curso a declararse a la mar, la roca nos daba sombra, tu te enamorabas a mi me pasaba igual.
Desaparecistes del rio, y no llegastes hasta la mar, tambien de la roca surgío algún trinar, era un ruiseñor que allí queria anidar, para no molestarle cogidos de la mano nos marchamos a otro lugar; el rio siguió su curso, el ruiseñor en la roca allí empezó a anidar, caminando lentamente por un inmenso encinar, escuchando a los herrerillos con sus alegres trinar.
Y nosotros enamorados nos fuimos pues atardecia ya, era primavera y todo era cantar, flores para La Virgen, y amor hasta la eternidad.
El Poeta.