EL COMENTARISTA DEPORTIVO.
Eran las cinco en punto de la tarde.En pito de Pino Zamorano puso en marcha el encuentro después de que se escucharan algunas "muestras simpáticas de cariño..." dedicadas al sevillista Caparrós.La alegria resaltaba en el rostro de la mayoria de los seguidores del estadio del barrio de Heliópolis.
El partido se desarrolló entre idas, venidas, patadas empujones, pelotazos y lances futbolísticos de todo tipo.Normal hasta ese momento.
Pasaban los minutos y las emociones se estrellaban unas tras otras contra las bigas de hormigón del todavía destartalado Ruiz de Lopera.
De pronto, en los últimos suspiros de la contienda, ¡un saque de esquina¡.Ultima oportunidad, motivo or el cual, casi todos los blanquiverdes se agolparon en el área de los chicos de Lendoiro.Vuela el cuero trazando una trayectoria curvilínea para ir a caer entre todos los ocupantes del área. Trágicos y fatales momentos. La bola es recogida por los muchachos de las tierras verdes, que veloces, inician su acercamiento hacia las proximidades de Doblas. Hay pase de balón que empalma sin dudarlo uno de apellido Romero, que obiga al balón a chocar contra la red. Afortunadamente por dentro de los palos.
Faltaban veinticinco segundos.
Que contraste tan bonito resultaba cuando se mezclaban las lágramas con el color del césped.!Que ternura¡...
Sr. Poeta al Mercedes le sigue patinando el embrague.
Eran las cinco en punto de la tarde.En pito de Pino Zamorano puso en marcha el encuentro después de que se escucharan algunas "muestras simpáticas de cariño..." dedicadas al sevillista Caparrós.La alegria resaltaba en el rostro de la mayoria de los seguidores del estadio del barrio de Heliópolis.
El partido se desarrolló entre idas, venidas, patadas empujones, pelotazos y lances futbolísticos de todo tipo.Normal hasta ese momento.
Pasaban los minutos y las emociones se estrellaban unas tras otras contra las bigas de hormigón del todavía destartalado Ruiz de Lopera.
De pronto, en los últimos suspiros de la contienda, ¡un saque de esquina¡.Ultima oportunidad, motivo or el cual, casi todos los blanquiverdes se agolparon en el área de los chicos de Lendoiro.Vuela el cuero trazando una trayectoria curvilínea para ir a caer entre todos los ocupantes del área. Trágicos y fatales momentos. La bola es recogida por los muchachos de las tierras verdes, que veloces, inician su acercamiento hacia las proximidades de Doblas. Hay pase de balón que empalma sin dudarlo uno de apellido Romero, que obiga al balón a chocar contra la red. Afortunadamente por dentro de los palos.
Faltaban veinticinco segundos.
Que contraste tan bonito resultaba cuando se mezclaban las lágramas con el color del césped.!Que ternura¡...
Sr. Poeta al Mercedes le sigue patinando el embrague.