Para Inés y para todas las AMAS DE CASA:
Si pudiera ascender en mi árbol genealógico hasta llegar a la primera mujer que dio lugar a la humanidad, hasta Eva, no encontraría en ellas otra profesión distinta a la de AMA DE CASA.
He convivido con dos AMAS DE CASA, mi madre y mi esposa, y doy fe de que ambas se han sentido orgullosas de ser las AMAS, las SEñORAS, las DUEñAS de sus casas. Pero no sólo ellas han ejercido con dignidad su OFICIO, sino que en mis casas se les ha respetado, querido, apoyado y considerado como los ejes sobre los que ha girado la familia.
Mi madre no hacía NADA, solamente dedico TODA SU VIDA a preparar el desayuno, ir a por agua a la Fuente del Rey, lavar en casa o ir al Cabá cargada de ropa, preparar las comidas, ir a la compra, limpiar la casa, velar por sus hijos, estar al lado de la cabecera de la cama cada vez que alguien de la familia estaba enfermo, cuidar de que nada faltase, administrar las escasas pesetas que entonces había, ayudar a mi padre en las tareas del taller cuando era necesario, …. ¡CUANTAS COSAS MáS SE ME OLVIDAN!
Mi mujer ha seguido la huella de mi madre. Hace lo mismo que ella, solamente que ahora, afortunadamente, la vida es muchos más fácil.
A esto hay gente desalmada que considera una actividad degradante.
Queridas AMAS DE CASA: Yo me siento orgulloso de que aún existáis y de que aún os llaméis así. Estoy seguro de que a vosotras os sucede lo mismo.
Levantad la cabeza porque gracias a vuestro esfuerzo la sociedad ha llegado hasta aquí. Todos los trabajos son dignos y vuestra renuncia a otras tareas; vuestro sacrifico, que se ve que hay quien no valora; no se encuentra a menor nivel que ninguno de ellos.
Os envío mi más cariñoso saludo y muchos ánimos.
Valonero.
Si pudiera ascender en mi árbol genealógico hasta llegar a la primera mujer que dio lugar a la humanidad, hasta Eva, no encontraría en ellas otra profesión distinta a la de AMA DE CASA.
He convivido con dos AMAS DE CASA, mi madre y mi esposa, y doy fe de que ambas se han sentido orgullosas de ser las AMAS, las SEñORAS, las DUEñAS de sus casas. Pero no sólo ellas han ejercido con dignidad su OFICIO, sino que en mis casas se les ha respetado, querido, apoyado y considerado como los ejes sobre los que ha girado la familia.
Mi madre no hacía NADA, solamente dedico TODA SU VIDA a preparar el desayuno, ir a por agua a la Fuente del Rey, lavar en casa o ir al Cabá cargada de ropa, preparar las comidas, ir a la compra, limpiar la casa, velar por sus hijos, estar al lado de la cabecera de la cama cada vez que alguien de la familia estaba enfermo, cuidar de que nada faltase, administrar las escasas pesetas que entonces había, ayudar a mi padre en las tareas del taller cuando era necesario, …. ¡CUANTAS COSAS MáS SE ME OLVIDAN!
Mi mujer ha seguido la huella de mi madre. Hace lo mismo que ella, solamente que ahora, afortunadamente, la vida es muchos más fácil.
A esto hay gente desalmada que considera una actividad degradante.
Queridas AMAS DE CASA: Yo me siento orgulloso de que aún existáis y de que aún os llaméis así. Estoy seguro de que a vosotras os sucede lo mismo.
Levantad la cabeza porque gracias a vuestro esfuerzo la sociedad ha llegado hasta aquí. Todos los trabajos son dignos y vuestra renuncia a otras tareas; vuestro sacrifico, que se ve que hay quien no valora; no se encuentra a menor nivel que ninguno de ellos.
Os envío mi más cariñoso saludo y muchos ánimos.
Valonero.