¡Hola!, amigos de Santa Bárbara.
ANTONIO ESCUDERO: Ya andábamos con la mosca detrás de la oreja. Suerte que Marian me quitó las intenciones de llamarte. Sus argumentos me convencieron, además de ser acertados. Lo confirma tu mensaje.
Me alegro que lo hayáis pasado muy bien -a pesar del agua, que viene estupendamente para los grumelos, ¿verdad? Ayer hablé con un amigo de El Cerro con el que suelo alternar cuando voy, y me decía que se iban a comer una tortilla de grumelos en el Hogar del Pensionista, que si quiero probarlos que vaya cuanto antes. Le dije que sí, que me iba a lavar las manos y enseguida me juntaba con ellos. ¡Será cabrito!
Esta noche estamos citados en Encinasola. Allí nos encontrarás.
ISABEL: Tu trabajo debe de ser estupendo para tener la posibilidad de aburrirte. Hablas de tomarte una cervecita con las tapas de nuestra tierra. Si no fuera porque se haría muy largo, te explicaría qué me ocurrió en Jabugo, un mes de agosto, que pedí una Cruzcampo fresquita, en un bar. Sólo te diré que no conseguí tomármela.
Como lo prometido es deuda, te diré que mis familiares en Parla viven, uno en la calle Alfonso XIII, junto a correos; el otro, en la calle Valladolid, y trabaja en el bar Los Abuelos, sito en esa calle. Estos datos me los ha facilitado otro pariente, que yo no he estado nunca en esos domicilios. En otros anteriores, si que estuve.
CHARO: ¡Qué alegría saber que sigues ahí, con tus comentarios!
ÁNGELA ESCUDERO SUAREZ: ¿Has conocido por fin al Aceitunero? ¡Qué peso te habrás quitado de encima! Ya nos dirás porqué sabía él tantas cosas de Santa Bárbara.
Supongo que estarás con la resaca de las fiestas, ¿no? “A horno caldeao, matojazo”
Vale por hoy. Un abrazo pa to er mundo. Agur.
ANTONIO ESCUDERO: Ya andábamos con la mosca detrás de la oreja. Suerte que Marian me quitó las intenciones de llamarte. Sus argumentos me convencieron, además de ser acertados. Lo confirma tu mensaje.
Me alegro que lo hayáis pasado muy bien -a pesar del agua, que viene estupendamente para los grumelos, ¿verdad? Ayer hablé con un amigo de El Cerro con el que suelo alternar cuando voy, y me decía que se iban a comer una tortilla de grumelos en el Hogar del Pensionista, que si quiero probarlos que vaya cuanto antes. Le dije que sí, que me iba a lavar las manos y enseguida me juntaba con ellos. ¡Será cabrito!
Esta noche estamos citados en Encinasola. Allí nos encontrarás.
ISABEL: Tu trabajo debe de ser estupendo para tener la posibilidad de aburrirte. Hablas de tomarte una cervecita con las tapas de nuestra tierra. Si no fuera porque se haría muy largo, te explicaría qué me ocurrió en Jabugo, un mes de agosto, que pedí una Cruzcampo fresquita, en un bar. Sólo te diré que no conseguí tomármela.
Como lo prometido es deuda, te diré que mis familiares en Parla viven, uno en la calle Alfonso XIII, junto a correos; el otro, en la calle Valladolid, y trabaja en el bar Los Abuelos, sito en esa calle. Estos datos me los ha facilitado otro pariente, que yo no he estado nunca en esos domicilios. En otros anteriores, si que estuve.
CHARO: ¡Qué alegría saber que sigues ahí, con tus comentarios!
ÁNGELA ESCUDERO SUAREZ: ¿Has conocido por fin al Aceitunero? ¡Qué peso te habrás quitado de encima! Ya nos dirás porqué sabía él tantas cosas de Santa Bárbara.
Supongo que estarás con la resaca de las fiestas, ¿no? “A horno caldeao, matojazo”
Vale por hoy. Un abrazo pa to er mundo. Agur.
