7 PECADOS
Humildad perdida, soberbia escondida, destrozando vidas, sonrisas fingidas,
conjuros de labios, míseros, cautivos, en mentiras frías, abriendo heridas.
Riquezas de barro, llenan sus alforjas, contando monedas en donde guardar,
mientras en la esquina, miradas ansiosas, buscan ese pan para saborear.
Lujuriosos andan buscando placeres, cuando en el hogar tienen su verdad,
que sin valorar, pierden ya por siempre, esa castidad, jurada en altar.
Ojos encarnados de furiosa ira, como aquellos truenos que dan a matar,
despedazan almas, que pacientemente, esperan el cambio, que no ha de llegar.
Opíparas cenas como bacanales, dejan la llenura de infelicidad,
colmando deseos que no satisfacen su espíritu hambriento, de hambre carnal.
Venenosa envidia, ante aquellos bienes que se consiguieron con tanto luchar,
les es imposible desearles bondades, en sus corazones... falta caridad.
Espíritus flojos, de ociosa pereza, en vacíos hondos, se ven circular,
rumiando sus penas, quejándose siempre, sin pensar siquiera en echar a andar.
Son 7 pecados los que hay que ignorar, llegado el momento rendiremos cuentas
ante Aquel que un día nos vendrá a juzgar.
Humildad perdida, soberbia escondida, destrozando vidas, sonrisas fingidas,
conjuros de labios, míseros, cautivos, en mentiras frías, abriendo heridas.
Riquezas de barro, llenan sus alforjas, contando monedas en donde guardar,
mientras en la esquina, miradas ansiosas, buscan ese pan para saborear.
Lujuriosos andan buscando placeres, cuando en el hogar tienen su verdad,
que sin valorar, pierden ya por siempre, esa castidad, jurada en altar.
Ojos encarnados de furiosa ira, como aquellos truenos que dan a matar,
despedazan almas, que pacientemente, esperan el cambio, que no ha de llegar.
Opíparas cenas como bacanales, dejan la llenura de infelicidad,
colmando deseos que no satisfacen su espíritu hambriento, de hambre carnal.
Venenosa envidia, ante aquellos bienes que se consiguieron con tanto luchar,
les es imposible desearles bondades, en sus corazones... falta caridad.
Espíritus flojos, de ociosa pereza, en vacíos hondos, se ven circular,
rumiando sus penas, quejándose siempre, sin pensar siquiera en echar a andar.
Son 7 pecados los que hay que ignorar, llegado el momento rendiremos cuentas
ante Aquel que un día nos vendrá a juzgar.
