Querido paisano chucenero:
Soy Paco Correa Figueroa y hace unos días tuve noticias de unas diatribas que se me lanzaban desde un foro en internet. En primer lugar doy mi nombre y me identifico, por si vienen golpes, me atengo a mis "jocicos". Tú te ocultas en la cobardía del anonimato. Acepto que no te guste nuestro libro ni nuestros escritos, que lo critiques y hasta hagas juicios de valor, con los que por supuesto no estoy de acuerdo. Es cuestión de puntos de vista. Pero lo que se escapa a mis esquemas mentales es que se me insulte sin yo llevar velas en ese entierro. Se me imputa unas culpas y un foco de maldades, que estoy seguro que es falso o simplemente elucubraciones de una mente obnubilada. Si, como sospecho, paisano chucenero, eres uno de los nostálgicos del oscuro régimen y te has amparado ahora en las filas de la derecha más retrógrada y reaccionaria, te diré que tus ofensas me saben a alabanzas y tus improperios me suenan a halagos. Yo no pertenezco a ningún partido y si quieres que me defina te diré que soy un político apolítico. Soy político por definición aristotélica, porque me preocupa la sociedad en que vivo y a ella aporto mi modesto grano de arena desde mi trabajo, mi casa y mi civismo. Pero soy totalmente apolítico en la lucha de partidos y no me identifico con ninguna sigla. Soy de izquierdas, sí señor. Pero sólo me motivan las ideas de igualdad y solidaridad, y las personas que las defendieron honestamente como Antonio Machado, Lorca, Carlos Cano, Diamantino García, y, no te escandalices, hasta el mismo Jesús de Nazaret. ¿Qué he hecho por Chucena? Solamente tres cosas: quererla, vivirla y proclamarla.
Soy Paco Correa Figueroa y hace unos días tuve noticias de unas diatribas que se me lanzaban desde un foro en internet. En primer lugar doy mi nombre y me identifico, por si vienen golpes, me atengo a mis "jocicos". Tú te ocultas en la cobardía del anonimato. Acepto que no te guste nuestro libro ni nuestros escritos, que lo critiques y hasta hagas juicios de valor, con los que por supuesto no estoy de acuerdo. Es cuestión de puntos de vista. Pero lo que se escapa a mis esquemas mentales es que se me insulte sin yo llevar velas en ese entierro. Se me imputa unas culpas y un foco de maldades, que estoy seguro que es falso o simplemente elucubraciones de una mente obnubilada. Si, como sospecho, paisano chucenero, eres uno de los nostálgicos del oscuro régimen y te has amparado ahora en las filas de la derecha más retrógrada y reaccionaria, te diré que tus ofensas me saben a alabanzas y tus improperios me suenan a halagos. Yo no pertenezco a ningún partido y si quieres que me defina te diré que soy un político apolítico. Soy político por definición aristotélica, porque me preocupa la sociedad en que vivo y a ella aporto mi modesto grano de arena desde mi trabajo, mi casa y mi civismo. Pero soy totalmente apolítico en la lucha de partidos y no me identifico con ninguna sigla. Soy de izquierdas, sí señor. Pero sólo me motivan las ideas de igualdad y solidaridad, y las personas que las defendieron honestamente como Antonio Machado, Lorca, Carlos Cano, Diamantino García, y, no te escandalices, hasta el mismo Jesús de Nazaret. ¿Qué he hecho por Chucena? Solamente tres cosas: quererla, vivirla y proclamarla.