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CALAÑAS: La primitiva imagen de la Virgen que en ella moraba,...

La primitiva imagen de la Virgen que en ella moraba, la Virgen de Coronada, del tamaño de una tercia (25 cm), fue tallada el año 720 por el calañés Tomás Andúbalo (Tomasuco), después de haber realizado un viaje a Zaragoza y haberse quedado grabado en su alma e imaginación aquella imagen tan divina de la Stma.Virgen del Pilar y con la idea de que le amparara de los moros que dominaban entonces en la Península. Cuando sintió la hora de su muerte, quiso ocultar la imagen para que no la cogieran los moros y abrió un surco cerca del río Odiel y depositó allí la Virgen con un manuscrito en el que explicaba su origen y la cubrió con una piedra.
Por el año 1.520, el pastor de Valverde del Camino, Pedro Márquez, de la familia de La Santa, encontrándose en el campo un día de fuerte tempestad, invocó el nombre de María y notó como el suelo se movía y al levantar la piedra que pisaba vio la imagen de la Virgen y a su vez, desapareció la tormenta. Llevó la imagen a su choza y junto a su mujer, María Alfonsa, la adoraron; por la mañana, al despertar, la imagen había desaparecido, y vuelto al lugar donde había sido enterrada hacía ocho siglos por Tomasuco. En tres ocasiones sucedió lo mismo.
Esta prueba de amor hacia los calañeses, hizo que le fuese construida en ese mismo lugar donde se hallaba la piedra, una ermita donde a través de los siglos ha sido venerada la imagen.
La Virgen se representa con su hijo en la mano izquierda y en la mano derecha un clavel, símbolo del amor puro. Sus atributos de realeza son los del Apocalipsis: corona imperial de doce estrellas, ráfaga de sol y luna como escabel (tarima pequeña).Viste saya de raso blanco bordada en oro, manto de terciopelo rojo, bordado en oro y toca de encaje. Luce larga cabellera postiza de pelo natural. Es imagen de candelero para vestir y mide 63 cm. De altura.

También podemos considerar iconográficamente ésta imagen como Virgen “abridera”, pues en el interior del candelero alberga una pequeña escultura en madera policromada, realizada en 1.940 por el imaginero Antonio Castillo Lastrucci. Esta talla pequeña mide 15 cm. Y luce traje celeste con áurea estampación floral, manto rojo con fimbria (franja de adorno) dorada y toca de marfil. En el brazo izquierdo lleva el Niño Jesús y en la mano derecha ostenta el cetro. Conserva una inscripción que dice: “donado por Feliciano Soto y María Caballero”.
El Niño de la Virgen, como redentor, está coronado y porta en la mano derecha la bola del mundo.