Techo y lamparas de la parroquia de Ntra. Sra. de las Angustias, AYAMONTE

Nuestra Señora de las Angustias o Virgen de las Angustias es una advocación mariana venerada en la ciudad de Ayamonte, provincia de Huelva, en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Se trata de una obra anónima del siglo XVI, que preside el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de la ciudad, de la cual es patrona. Se trata de un grupo escultórico en madera policromada, de 1,13 metros de alto, compuesto por la típica escena de la Madre Dolorosa: la Virgen de rodillas, cubierta con amplio manto azul sobre traje rojo, que sostiene por la cabeza a su Hijo y hace ademán de enjugar con su toca unas lágrimas que resbalan por sus mejillas. Ciñe sus sienes con corona. A su alrededor resplandece una ráfaga, esto último dependiendo de la corona que luzca la virgen en ese momento o el acto que presida. Debido a las numerosas y profundas modificaciones que ha sufrido la imagen, apenas se deja traslucir la antigüedad de la factura de talla, patente en la angulosidad de los pliegues de los paños. Fue restaurada en 1888 por el escultor sevillano Emilio Pizarro Cruz, según consta en la peana que fue destrozada en 1936, y que con los fragmentos que se pudieron encontrar fue rehecha en 1937 por José da Silva, restaurador portugués, proveyéndola de una nueva mascarilla. Así consta en una inscripción de la base: POR TUMULTOS POLITICOS FOI TODA MUTILADA; E DEPOIS RESTAURADA EN PORTUGAL PELO ESCULTOR PORTUENSE JOSÉ DA SILVA FRANÇA, NO AÑO DE 1937. Seguidamente, José Vázquez Sánchez, en 1972, efectuó una restauración de policromía en ambas figuras. En 2010 es restaurada por la Licenciada en Restauración, María del Carmen Sánchez Ruda, dicha restauración consiste en eliminar repintes, limpieza de ambas imágenes y reintegrar partes desgastadas de las imágenes. Como el resto de apariciones marianas, ésta también goza de una piadosa leyenda que relata su aparición. Refiere que a finales del siglo XVI unos hermanos, apodados los Coritos, echaban sus redes en el estero de San Bartolomé, en aguas portuguesas, próximas a Castro Marín, cuando advirtieron con sorpresa que habían capturado una caja de enorme peso. Mayor aún fue su admiración cuando en ella no encontraron un tesoro indiano, pero sí una bellísima imagen de María con Cristo en los brazos. Dieron cuenta inmediatamente a las autoridades religiosas y civiles de la ciudad, quienes acordaron colocarla en la capilla de la Expiración. La parroquia, erigida en 1576, se comenzó inmediatamente a edificar en honor de tan devota imagen. La misma leyenda cuenta que un prodigio rodeó la culminación de las obras, pues no hallando maderas de anchura suficiente para cubrir aquellas amplias naves, las encontraron en un barco que arribó al puerto ayamontino para refugiarse de un temporal. Mientras tanto, los portugueses reclamaban la propiedad de la imagen, por haber aparecido en sus aguas, y así les fue reconocido por la Santa Sede. No obstante, la entrega de la venerada efigie, que había sido fijada en medio de la ría, fue impedida en repetidas ocasiones por la inclemencias del tiempo, cosa que se interpretó como un deseo de María Santísima de las Angustias de recibir culto en Ayamonte.
(19 de Abril de 2019)