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ZAGRA: Amigo Avinareta, estoy totalmente de acuerdo con tu...

Tras las derivas filosoficas, nos topamos de bruces con la triste y dura realidad. Aunque Obama nunca despertó en mi grades ilusiones (siempre lo consideré un producto de marketing), sí he de reconocer que le otorgué el beneficio de la duda, por si acaso. Sin embargo, sigo sin entender a quienes creian que Obama iba a ser poco menos que un nuevo libertador. Obama, mi buen amigo EG, no es ni más ni menos que un títere más en este grán teatro que es el mundo moderno y globalizado. Gran teatro con sus bondades y con sus maldades, pero teatro al fin y al cabo, en el que los actores han de interpretar su papel habilmente dirigidos por el director. Realmente, queda poco margen para la iniciativa propia, pues cuando desentonas la partitura que te han dado a tocar, inmediatemente te llaman al orden... al orden establecido. Sobran ejemplos. Pero es que amigo mío, el ser humano no es libre para actuar por si como ser individual y dar sentido a su propia existencia. Creo que eras tu, EG, quien en una intervención anterior reflexionabas sobre como nos manejan y como nos crean, o nos creamos, necesidades que para su satisfacción, nos inducen a actuar tal y como se espera de nosotros, a cumplir nuestro "roll" que dirian los sociologos. Pero quiza seamos nosotros quienes nos autoinducimos a actuar de esa manera, sacrificando nuestros principios, nuestros valores, nuestra ideología... para conservar lo material. En el terrible conflicto "libertad/seguridad" siempre acaba imponiendose la segunda sobre la primera. Para ser libre, amigos mios, no se pueden tener ataduras, a nada ni a nadie, el desapropio, incluso intelectual, es "conditio sine qua non". La libertad es riesgo; en el mejor de los casos, a equivocarse. En el mundo actual hemnos optado decididamente por la seguridad en todos sus aspectos y a todos los niveles. Dejamos de ser libres cuando empezamos a poseer, a tener. El miedo a perder lo conquistado nos hacer ser cautos, nos invita a no arriesgar, nos transforma en seguros, antes que en libres. El revolucionario lo es, hasta el momento en que triunfa la revolución. Apartir de ese momento es el mayor de los conservadores, el mayor interesado en perpetuar los valores de su revolución. La clase obrera por la que preguntas, mi querida Añoranza, dejó de serlo en el momento que la dotaron de algo que conservar. A partir de ese momento, sintió el miedo a perder lo conseguido: se adormeció en el sueño burgués.

De mi infancia, amigo Kiko, recuerdo con especial cariño juegar al "Salavaba" en la hoy desaparecida "peana de los gordos" y el "Pas pas listo" en los también desaparecidos kioskos de La Plaza; recuerdo también el "Churro, pico, terna", "Adena" y su variante el "Solayico", y como no "Las Caetillas" o el "Hoyuelo". Juegos, todos ellos, que hacíamos en la calle, nuestro lugar de reunión.
Aunque nunca lo digo, pido disculpas por ello, me agrada mucho comprobar como cada día son más las personas que se asoman a este foro. Bienvenidos a todos.

AVINARETA.-

Amigo Avinareta, estoy totalmente de acuerdo con tu exposición. Demuestras un gran conocimiento sobre la naturaleza humana y sobre la sociedad que nos está tocando vivir. Mi más sincera enhorabuena por tu inteligente intervención, como siempre. A veces te echamos de menos, nos gustaría que intervinieras más; tus opiniones son siempre tenidas en cuenta.
En cuanto a los juegos que le apuntas a Kiko, bueno a todos ellos he jugado aunque había olvidado algunos de sus nombres. ¡Menudos ratos de juego nos pegábamos en la plaza! ¿verdad?. Algunos eran auténticos maestros en el juego del Hoyuelo y el sitio por excelencia eran los hoyuelos que había en la parte de arriba de la plaza, al lado de una verja de hierro del casino, donde se ponía una pizarra con la película que daban en el cine. Hay una cosa, que no hemos dicho ninguno y que ahora se me está ocurriendo y era, las figuras de barro que hacíamos en invierno, con sus caballitos y pistoleros; montábamos todo un escenario con multitud de figuras, por no hablar de coches, sillitas, etc. luego los escondíamos en algún lugar y la lucha con otro grupo de niños era que no descubrieran dónde estaban ocultos porque los quitaban como si se tratase de un trofeo capturado al enemigo. Quizás haya amigos en el foro, que no les suenen esos juegos, por la edad. Si quieren conocerlos, por mi parte no hay inconveniente en explicarlos, si la memoria no me falla, lo haré con mucho gusto.
Un saludo para todos. E. G.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola.
Avinareta, muy buena intervención.
Haciendo huso de la confianza por los años compartidos a través del foro, me tomo la palabra de E. G. para pedirle a él o a Avinareta que si son tan amables, me expliques en qué consisten algunos de los juegos que han nombrado, el “Hoyuelo” y el “Churro, pico, terna” sí que los conozco y he jugado multitud de veces cuando era pequeño, pero todos los demás ni si tan siquiera me suenan los nombres.
Saludos. argaz


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