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ZAGRA: Enhorabuena Añoranza, qué bonita cancioncilla. Estas...

Bueno en vista de que parece ser que no os ha disgustado, voy colgar otra que tuvo bastante polémica en su día.
Primero os cuento un poco de que va el tema para, que lo podáis entender.
A principios de los 50, las mujeres de Zagra, reivindicaban un lavadero público. Por fin lo consiguieron.
Como ya sabréis el lavadero se abastece del agua sobrante del abrevadero de la Fuente Fría
Pero antes de que existiera el lavadero, el agua sobrante iba a parar al charco (balsa) de Guillermo de los Herreros.
La polémica viene porque Guillermo no quería que le quitaran el agua y, enviaba al maestro albañil llamado Hierro, a tapar la tubería que llevaba el agua al lavadero y, volvía a desviar el agua a su charco (balsa)
A tira y afloja, estuvieron un tiempo, hasta que al final llegó la resolución de Loja y, puso las cosas en su sitio.
Espero que los descendientes no se enfaden conmigo. No es mi voluntad ofender a nadie
Añoranza
Cuando vio la Gorriona, caer agua al lavadero
Chicho Oveha y la Capita se tiraban de los pelos (repetir)
Entonces llego Guillermo al saber la novedad
Coge el coche y vete a Loja a ver que dice Don Juan (abogado)
Que si valen las pesetas, yo me gasto un capital
Entonces la Antonia Reyes y la mujer de Meninillo
Fueron recogiendo firmas hasta lo alto el Castillo,
Desde lo alto el Castillo, hasta la calle Grana
Se fueron de casa en casa toda la calle Real
Llegan a casa la Hierra, yo no puedo dar la mía (firma
Que mi padre fue el primero que rompió la tubería
Y entonces dijo Don Juan (el abogado)
Ya no valen las pesetas
Que ahora tiene que lavar, la Capita en dos cubeta

Enhorabuena Añoranza, qué bonita cancioncilla. Estas letrillas me hacen revivir aquella lejana niñez. Y esos nombres, muchos los recuerdo, recuerdo sus caras. ¡Qué tiempos aquellos!.
Lo que yo recuerdo de los carnavales era que los niños comprábamos en el quiosco de la plaza caretas y nos dedicábamos a asustar a niños más pequeños correteándolos por las calles. Algún adolescente se disfrasaba de vieja, toda vestida de negro llevando escoba como si fuera una bruja.
A finales de febrero, creo, había reuniones entre la gente joven, veinteañera que se reunía en distintos sitios y se invitaban entre sí. Al final a eso se llamaba "los compaes", de manera que unos a otros se llamaban compaes.
También por esa misma época, si no recuerdo mal, se hacían las candelas que consistía en hacer fogatas en la noche. Eso reunía a mucha gente y era divertido (una especie de noche de San Juan actual).
Hasta aquí da de sí mi memoria, no sé si algún interviniente quiere añadir algo más o rectificar alguna cosa. Todo son recuerdos de la lejana infancia, infancia, por cierto, muy feliz para mí, a pesar de las muchas faltas, como antes se decía.
Un afectuoso saludo para todos. E. G.