Pasarán Cosas
Ha empezado otro año.
Como un cuaderno nuevo está ante mí, y me acuerdo de cuando era chica, iba a la escuela y me apuraba para terminar el viejo cuaderno y así comenzar el otro. En las últimas páginas hacía letra grande, enormes dibujos apresurados. Pegaba dos hojas con engrudo de fabricación casera: agua y harina en la cocina.
Los cuadernos nuevos se empiezan con letra pequeña, pareja, prolija, cuidada...
Igual que los años.
Igual que éste.
¿Borrón y cuenta nueva?
No, no, sin borrón.
Y sumando a la cuenta nueva las otras cuentas que antes nos sirvieron.
Porque no todo está para el olvido.
Porque no todo fue para dejarlo atrás, disimulado entre las hierbas secas del otoño.
Pasaron cosas.
NOS PASARON COSAS.
Crecimos un poquito, un poquito así, pero crecimos.
Llorar hace crecer, es esa lluviecita de uvas de cristal sobre el techo de chapa de nuestro corazón. Pica, repica, musiquea, despierta.
Nadie es el mismo después de haber llorado.
Reír hace crecer.
Ha empezado otro año.
Como un cuaderno nuevo está ante mí, y me acuerdo de cuando era chica, iba a la escuela y me apuraba para terminar el viejo cuaderno y así comenzar el otro. En las últimas páginas hacía letra grande, enormes dibujos apresurados. Pegaba dos hojas con engrudo de fabricación casera: agua y harina en la cocina.
Los cuadernos nuevos se empiezan con letra pequeña, pareja, prolija, cuidada...
Igual que los años.
Igual que éste.
¿Borrón y cuenta nueva?
No, no, sin borrón.
Y sumando a la cuenta nueva las otras cuentas que antes nos sirvieron.
Porque no todo está para el olvido.
Porque no todo fue para dejarlo atrás, disimulado entre las hierbas secas del otoño.
Pasaron cosas.
NOS PASARON COSAS.
Crecimos un poquito, un poquito así, pero crecimos.
Llorar hace crecer, es esa lluviecita de uvas de cristal sobre el techo de chapa de nuestro corazón. Pica, repica, musiquea, despierta.
Nadie es el mismo después de haber llorado.
Reír hace crecer.