Él quería cruzar los mares y olvidar a su sirena,
la verdad no fue dificil cuando conoció a Mariela,
que tenia los ojos verdes y el negocio entre las piernas.
¡Ay que ver que puntería no te arrimas a una buena!
la verdad no fue dificil cuando conoció a Mariela,
que tenia los ojos verdes y el negocio entre las piernas.
¡Ay que ver que puntería no te arrimas a una buena!
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