¿Nadie muere en las vísperas?
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Saltó de nalgas sobre la tapa de la valija y arrastró los cierres a cada lado hasta que logró unirlos entre sus piernas.
-- ¡Me hartaste! Me estupidiza hablar siempre de lo mismo y que no entiendas nada.
Se bajó de la valija y la asió con visible nerviosismo, la puso contra una pared en la salita.
-- ¡Me voy! Me cansé de hablar con neuronas depresivas y muertas. Y esto, tiene que ver con la
amistad. Ya no me considero tu
amiga. ¡No puedo! Imposible
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