la malvada de la madre intentó la muerte fiera. La cabeza le cortó y la cuelga en una percha, le lengua la echa en un plato
te voy a cortar la lengua». — ¡No te la cortarán, no, mientras que a tu padre tengah! Al otro día siguiente se marchó el padre a la feria,
dándola besos y abrazos como si usté mismo fuera. A mí me dan unos chavos, me mandan pa la plazuela, y me dicen: «picarillo,
nuestra casa quién entra. —En nuestra casa un alférez, a ver a la hermosa estrella. La hermosa estrella es mi madre, y el alférez se la lleva,