Con mi inconsciente
juventud
quise deshojar la margarita
y quedé con la gran inquietud
del “no o el sí” que amar invita.
¿Es el corazón el qué amar incita
o es el ansia de querer amar
el que me propone miles de citas
desoyendo el temor y mis razones
a oír la llamada ardiente de tus caderas
sabiendo lo que sufren los corazones
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