Hay gente que ha visitado la cueva en muchas ocasiones, y desde que la abrieron, siempre igual. Con un poco de imaginación e inversión de lo ingresado por la misma (si es que queda algo después de lo que se lleva el trenecillo), un retoque no le vendría nada mal. Eso sí, se necesitaría un alguien que estuviese al tanto de la misma, no el concejal comprado, que después de vender su chaqueta a su hermano de cubatas, llámese excelentísimo, se le ha visto, a última hora, el plumero, pero después de haberse dado la vida padre a costa de todos nosotros.