Afortunadamente, y lo digo con todo el dolor de mi corazón, los que rondamos los 50 vemos y oímos cómo nuestros hijos pasan de la política olímpicamente. En cuestión de unos años tan sólo, ni entienden de derechas, ni de izquierdas. Bueno sí, todavía hay algunos tragavino que siguen pensando como pensaban sus bisabuelos (los menos, afortunadamente); por desgracia, quedan individuos tan anclados en el pasado y tan poco propensos a la evolución que “justifican” ese pasotismo, para mí al menos, bastante doloroso, pues ese pasotismo es aprovechado siempre por los mismos, aquellos a los que la palabra DEMOCRACIA les suena a misa...