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LA CONCIENCIA TRANQUILA
El maestro dijo a sus discípulos: «Soy pobre y feliz, pero vosotros tenéis la fuerza de la juventud y yo os enseño. Es vuestro deber reunir el dinero que necesito para vivir». A lo que ellos contestaron: « ¿Cómo podemos hacerlo? La gente de esta ciudad es poco generosa, sería inútil pedir».
Fue entonces cuando el maestro les sugirió que, en ese caso, «robar no sería pecado, ya que merecemos el dinero más que otros. Yo lo haría, pero soy viejo y débil». Los aprendices ... (ver texto completo)
El maestro dijo a sus discípulos: «Soy pobre y feliz, pero vosotros tenéis la fuerza de la juventud y yo os enseño. Es vuestro deber reunir el dinero que necesito para vivir». A lo que ellos contestaron: « ¿Cómo podemos hacerlo? La gente de esta ciudad es poco generosa, sería inútil pedir».
Fue entonces cuando el maestro les sugirió que, en ese caso, «robar no sería pecado, ya que merecemos el dinero más que otros. Yo lo haría, pero soy viejo y débil». Los aprendices ... (ver texto completo)
Muchas veces vivimos en el miedo, y así es como no vivimos.
Las personas siempre son personas, no las teclas de piano. Porque nadie puede aplastarnos para tocar la música que les gusta a ellos.
Muchas personas critican tu vida, como si la de ellos fuera un ejemplo.
Cuando le tiras tierra a alguien, a quien le quedan las manos sucia es a ti.
El hombre lleno no entiende las necesidades del hambriento.
Con el tiempo te das cuenta que la vida es para equivocarse, que el amor está para curarte y que sólo los que te quieren van a quedarse..
La Paciencia me visitó y me recordó que las cosas buenas tardan en llegar a buen puerto.
LAS CONSECUENCIAS DE TUS ACTOS
Había una vez un reino en el que las lluvias habían sido tan intensas que el río había arrasado la choza de un campesino. Sin embargo, cuando los chubascos cesaron dejaron en la tierra una valiosa joya. El buen hombre la vendió y con la suma que le entregaron reconstruyó su choza y el resto se lo regaló a un niño huérfano y desvalido del pueblo. La riada había arrasado también otro poblado cercano en el que un campesino, para salvar su vida, tuvo que encaramarse ... (ver texto completo)
Había una vez un reino en el que las lluvias habían sido tan intensas que el río había arrasado la choza de un campesino. Sin embargo, cuando los chubascos cesaron dejaron en la tierra una valiosa joya. El buen hombre la vendió y con la suma que le entregaron reconstruyó su choza y el resto se lo regaló a un niño huérfano y desvalido del pueblo. La riada había arrasado también otro poblado cercano en el que un campesino, para salvar su vida, tuvo que encaramarse ... (ver texto completo)
La vida no es un camino trazado, lo hacemos nosotros día a día.
A veces, la mejor terapia es un largo viaje, una buena música y buena compañía.
Hay quien va por ahí tirando piedras y luego se siente agredido cuando le vienen de vuelta.
El sol es un gran maestro de vida, cuando se pone trae paz, cuando renace da esperanza.
