Cuando yo dije: "Adios mi
Loja, mi Loja de mi querer, mi querer, mi querer se ha vuelto loco por no volverte ya aver"
¡Que lástima! Cuando vuelvo por Loja, no me conoce nadie. Una vez vi la
tienda de los Ripoll, que la cambiaron de sitio y me encontré alli a un conocido, le pregunté si no me conocia y me dijo que no... ¡Que tristeza me dió!