Al ver esta chimenea me recuerda tantos cuentos y leyendas contadas por mis abuelos sacadas de la sabiduría popular, que sin duda atesoran indiscutibles joyas, fruto de la transmisión oral, casi siempre entre los miembros de la familia, en aquellos largos ratos junto a la lumbre, de quellos largos inviernos y todos deseosos de conocer, de aprender una nueva história para irse a la cama con esa agradable sensación del buén rato pasado en tan grata compañía, una de esas joyas va a ser la que relato a continuación, no la recordaba muy bién, pero apereció en unos papeles viejos.
Por gastar papel y tinta
y además por pasatiempo
les voy a contar la história
de dos novios de mi pueblo.
Manuel de trabajar no entendia
porque era blando de huesos,
con un pedazo de pan
se pasaba el dia entero.
Ana era chata en demasia
y su cuerpo tan mal hecho
que parecía una morcilla
y un chorizo extreemeño.
Un dia le dijo Manuel a Ana, escucha.
mi atrevido pensamiento
mis planes voy a decirte
pués me canso de andar suelto.
Ana, si has pensado en casarte
tengo el mismo pensamiento
a que seas mi mujer
si quieres estoy resuelto,
poco hemos de perder
tú y yo en este cuento,
tú eres pobre y yo soy pobre
con que dime si te conviene,
respóndeme y acabemos.
Pero primero hay que pensar
y saber que es lo primero,
como vamos a vivir
y ver el ajuar que tenemos.
Hablas como un libro, Ana,
a nombrar mi ajuar empiezo
que sin duda como el tuyo
será poco más o menos.
Tengo una sarten pequeña
y otra grande con agujeros,
dos platos desportillados
y un cazo roto, muy viejo.
Tengo una camisa rota,
y otra vieja también tengo
que la pobre está sin mangas
y le falta el delantero,
se le ha perdido la espalda
y también le falta el cuello.
Tengo una saya de tela,
pero con tantos remiendos
que no se puede saber,
cual fué su color primero.
Tengo un jubón destrozado
que por viejo no lo llevo,
pués más agujeros tiene
que ventanas un convento.
Ni sé hilar ni hacer calceta,
ni se guisar un almuerzo
pués con mendrugos de pan
de continuo me alimento.
Este es mi Ajuar,
según es te lo presento,
como no tengo otra cosa
aceptalo como bueno.
Ahora viene la respuesta de Manue... en (Responder)
Por gastar papel y tinta
y además por pasatiempo
les voy a contar la história
de dos novios de mi pueblo.
Manuel de trabajar no entendia
porque era blando de huesos,
con un pedazo de pan
se pasaba el dia entero.
Ana era chata en demasia
y su cuerpo tan mal hecho
que parecía una morcilla
y un chorizo extreemeño.
Un dia le dijo Manuel a Ana, escucha.
mi atrevido pensamiento
mis planes voy a decirte
pués me canso de andar suelto.
Ana, si has pensado en casarte
tengo el mismo pensamiento
a que seas mi mujer
si quieres estoy resuelto,
poco hemos de perder
tú y yo en este cuento,
tú eres pobre y yo soy pobre
con que dime si te conviene,
respóndeme y acabemos.
Pero primero hay que pensar
y saber que es lo primero,
como vamos a vivir
y ver el ajuar que tenemos.
Hablas como un libro, Ana,
a nombrar mi ajuar empiezo
que sin duda como el tuyo
será poco más o menos.
Tengo una sarten pequeña
y otra grande con agujeros,
dos platos desportillados
y un cazo roto, muy viejo.
Tengo una camisa rota,
y otra vieja también tengo
que la pobre está sin mangas
y le falta el delantero,
se le ha perdido la espalda
y también le falta el cuello.
Tengo una saya de tela,
pero con tantos remiendos
que no se puede saber,
cual fué su color primero.
Tengo un jubón destrozado
que por viejo no lo llevo,
pués más agujeros tiene
que ventanas un convento.
Ni sé hilar ni hacer calceta,
ni se guisar un almuerzo
pués con mendrugos de pan
de continuo me alimento.
Este es mi Ajuar,
según es te lo presento,
como no tengo otra cosa
aceptalo como bueno.
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