Recordando a Miguel Hernández y contestandole cuando preguntaba, decidme en el alma. ¿Quién, quién, levantó los olivos? pués estos los hemos levantado nosotros.
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.