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IZNALLOZ
De oro y luz coronaron el
castillo
Las tardes estivales de los tiempos,
En que abrió la
granada, y el
almendro
Al alfanje nazarí le dio su brillo
Llegó después la
cruz con el cuchillo
Y alzó en el corazón, hermoso templo;
Y tan fiera, la
campana, dio el acento,
Que al moro convirtió en su monaguillo.
Primero el visigodo fue
romano
Que en ojos transformó a su Tajo en
fuentes
Con
piedras del Cubillas peregrino.
Paganos, musulmanes y cristianos,
Bajo un templo, un castillo
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