La exigencia de mayor velocidad provocó otra modificación en la construcción de los submarinos: en vez de cuatro timones pequeños, la mayoría de los submarinos atómico lleva solamente dos timones de profundidad que sobresalen de la torre como grandes aletas horizontales. En esa posición, los timones no dificultan el fluir del agua a lo largo de la estructura. La torre, antes llena de salientes a causa de las armas e instrumentos que cargaba, hoy es lisa. Se ha transformado en una especie de aleta vertical y fina, necesaria para la estabilización del submarino.
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