Por supuesto que todo lo que he contado es pura ficción. Aquello de cualquier parecido con la realidad... Era todo broma. Creo que el sentido del humor también debe ser reirse de uno mismo:
- ¿Qué te pasa? –me decía mi mujer desde el asiento del copiloto.
- ¡Coño, que no puedo meterla bien!
- ¡Pues vaya novedad!
- ¡La palanca, coño!
Y es que tenemos un idioma muy propio para los equívocos, el doble sentido, etc.
Ya verás como se entere mi mujer, a lo mejor me da una colleja.
Antonio, aunque prácticamente nunca nos habíamos dirigido el uno al otro, aunque sí lo he hecho con PEPEPACO, tus alusiones tómalas como una broma, y nada más.
Creo que son innecesarias estas explicaciones.
(Como los sixtos de turno se hagan con mi correo me lo van a llenar de virus de la gripe A)
Un saludo, que me he vuelto a enrollar.
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