Al penetrar éstos en los núcleos vecinos, producen nuevos proyectiles, y de esta manera la “fisión” de un núcleo entraña rápidamente la de otros y la reacción, una vez desencadenada, es susceptible de mantenerse por sí misma, propagándose como fuego en un pajar. Distinta en todos sus aspectos de las reacciones nucleares estudiadas hasta entonces, la reacción en cadena prometía la utilización práctica de la energía nuclear, ya como fuerza propulsiva de máquinas, ya como explosivo para superbombas.
Esta promesa dio excepcional importancia a la perspectiva abierta por FERMI y confirió jerarquía histórica a la reunión de eminentes físicos realizada a fines de enero de 1939 en Washington en la que el problema fue discutido.
Esta promesa dio excepcional importancia a la perspectiva abierta por FERMI y confirió jerarquía histórica a la reunión de eminentes físicos realizada a fines de enero de 1939 en Washington en la que el problema fue discutido.