Otra poción es más fácil de hacer pues no necesitará ir al campo y deambular por el por la noche buscando frutas. Haga que brote un poco de sangre y deje que caiga sobre uno de sus pañuelos usados, queme ahora el pañuelo y esparza la ceniza en la ensalada del novio (naturalmente, en ambos encantamientos aplicará la apropiada concentración de la bruja). Si después, ese atractivo hombre resultara ser un sádico o algo igualmente molesto puede apagar su interés cogiendo algún elemento personal de él (un calcetín) y quemándolo. Las brujas modernas tienen algunas ventajas sobre sus hermanas medievales, porque ahora la magia ni se estudia ni se entiende, por eso pocas personas serán realmente conscientes de lo que les sucede cuando se las está embrujando ¿quien de nosotros podría averiguar con precisión la intención de una sonriente joven de mejillas sonrosadas? que buscando los ingredientes del hechizo mágico, amablemente le quita una pestaña caída del rabillo del ojo de su amante (oye, se te podría infectar), o pide un hilo del traje cardin de su hombre (el color es maravillosos y quiero hacerme un vestido con el, no echarás de menos un hilo, el pelo es fácil de conseguir (siempre he pensado que estarías estupendo con un peinado afro, déjame peinarte así para verlo), etc, etc,
