Aunque el declive de las poblaciones mundiales de la tortuga laud pudo llegar al 90% en el pasado siglo y en los anteriores, cuando eran capturadas por su carne y caparazones, el descubrimiento de la investigación hispano-británica es todo lo contrario a las malas noticias que acompañan a las tortugas marinas en cuanto a su conservación.