Aparte de las complicaciones pulmonares conocidas, esta gripe afectaba especialmente al sistema neurológico, provocando la llamada encefalitis de Von Economo, Segundo, la Gran Guerra fue decisiva para su expansión: los primeros casos aparecieron en Kansas, el 4 de marzo de 1918, entre soldados del ejército norteamericano que esperaban acuartelados su traslado a Europa. Más de un millón de ellos llegaron a Francia, por lo que a las pocas semanas el virus gripal ya había invadido los puertos franceses. Es curioso que, a pesar de este claro origen norteamericano –en EE. UU causó unas 600.000 muertes–, la enfermedad fuese conocida como “gripe española”.