En el 536, el clan de los Soga estableció su predominio, surgiendo de éste el primer gran hombre de estado de la historia, el Príncipe Shotoku, quien realizó reformas que sentaron las bases de la cultura japonesa durante las siguientes generaciones. En el 645, el poder pasó del clan de los Soga al de los Fujiwara, que presidió la mayor parte del periodo Heia (794 al 1185). Este nuevo liderazgo impuso la Reforma Taika del año 645, que emprendió medidas encaminadas a la redistribución de los arrozales, estableció un impuesto sobre la producción agrícola y dividió el país en provincias. Sin embargo, gran parte del territorio permanecía fuera de la influencia y del control imperial. El poder real pasó a familias importantes que habían alcanzado un lugar prominente en las tierras de cultivo del arroz. Los conflictos entre estas familias condujeron a la guerra civil y a la ascendencia de la clase guerrera.