Los japoneses (500 al 1600)
Situada en un islote a 100 millas del Asia continental en su punto más cercano, Japón era una tierra de misterio en los confines de la civilización. Aislados primero geográficamente y más tarde por elección propia, los japoneses desarrollaron una cultura única que absorbió pocas influencias del mundo exterior. En los inicios de la Edad Media europea, la cultura japonesa más desarrollada se hallaba en el extremo norte del Mar del Japón, en la gran isla de Honshu. Hacia el este, al otro lado de las montañas Hakone, estaba Kanto, llanura aluvial y única gran área de las islas para la plantación de arroz. Al norte y este de Kanto se situaba la frontera, más allá de la cual vivían los aborígenes, que habían ocupado las islas desde el Neolítico.
Situada en un islote a 100 millas del Asia continental en su punto más cercano, Japón era una tierra de misterio en los confines de la civilización. Aislados primero geográficamente y más tarde por elección propia, los japoneses desarrollaron una cultura única que absorbió pocas influencias del mundo exterior. En los inicios de la Edad Media europea, la cultura japonesa más desarrollada se hallaba en el extremo norte del Mar del Japón, en la gran isla de Honshu. Hacia el este, al otro lado de las montañas Hakone, estaba Kanto, llanura aluvial y única gran área de las islas para la plantación de arroz. Al norte y este de Kanto se situaba la frontera, más allá de la cual vivían los aborígenes, que habían ocupado las islas desde el Neolítico.